¿Por qué debes pasear a tu perro cada día?

Pasear con tu perro le proporciona:

  • Bienestar físico
  • Bienestar psíquico

Ahora bien, no todos los perros disfrutan igual de los paseos. En ocasiones, problemas de comportamiento relacionados con el miedo o la agresividad hacia otros perros o personas menoscaban la calidad de los paseos. En esos casos, es necesario abordar el origen del problema de la mano de un profesional de la etología canina.

Paseo de calidad versus paseo de cantidad

Lo que cuenta no es tanto el número de paseos diarios, o su duración, sino la calidad de los mismos.

Un paseo de calidad es aquel durante el cual el perro disfruta, se relaja y ejercita tanto su físico como su psique.

Toma nota de las siguientes recomendaciones:

 
  • Asegúrate de que tu perro sale de casa en un estado relajado.
  • Permítele explorar el entorno con libertad: aunque lo pasees con correa, déjale olfatear.
  • Llévalo a lugares que le gusten.
  • Si tu perro se lleva bien con otros perros, permítele jugar y socializarse con ellos.
  • Aprovecha el paseo para premiar sus buenas conductas.
  • Adapta el ritmo del paseo a la edad y el estado de salud de tu perro.
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Si tu perro tira de la correa durante los paseos, tal vez sea por una de las siguientes causas:
 
  • Tiene miedo de algunos de los estímulos presentes en el entorno: sobre todo en la ciudad, algunos perros de carácter temeroso o que no han tenido una buena socialización pueden sentirse intimidados por el tráfico, la gente, etc.

  • No se lleva bien con otros perros: pasear a un perro con problemas de agresividad dirigida a otros perros puede ser muy difícil.
  • Está sobreexcitado porque quiere llegar cuanto antes al parque: suele ocurrir con perros jóvenes o muy activos.
  • Es un cachorro: es natural que los cachorros tiren de la correa, ya que están explorando y descubriendo el mundo.
  • Se siente inseguro cuando pasea por un lugar al que no está habituado.

Tanto si tu perro vive en un Departamento  como si dispone de un jardín, es imprescindible que salga a la calle a pasear varias veces al día. Esta premisa es válida para todas las razas y tipos de perros, independientemente de su tamaño.

Debe quedar claro que no hay “perros de departamento”  ó » Perros de jardín» que no requieran salir a pasear. Todos sin excepción necesitan el ejercicio físico y mental que proporcionan los paseos.

Y es que pasear a tu perro no es solo una cuestión relacionada con su necesidad de orinar o defecar.

El paseo es mucho más: es la oportunidad diaria que le das a tu perro de relacionarse con el mundo exterior, de despertar su olfato, de ejercitar su mente al entrar en contacto con todo tipo de estímulos, de relacionarse con otros congéneres de su especie y, por supuesto, de mantenerse en forma haciendo ejercicio físico.

Una vez hayas identificado la causa por la cual pasear con tu perro se convierte en una lucha de fuerza, puedes aplicar alguna de las siguientes soluciones:
  • Si tu perro tiene problemas de miedo o agresividad, la mejor solución es que contactes con un etólogo canino que analice su caso. Cada situación es diferente y no es posible establecer tratamientos generalistas.
  • Si tu perro no sabe controlar su excitación, debes empezar a practicar ejercicios que le ayuden a relajarse antes del paseo y en el día a día en general.

    Cómo lograr que tu perro esté tranquilo
    Como ocurre con las personas, hay perros más nerviosos y otros más tranquilos.

  • Además, la edad también es un factor que influye sobre el temperamento.
  • Si tu perro es joven, o inquieto por naturaleza, nuestro consejo es que inicies cuanto antes un plan de ejercicios para ayudarle a mejorar su autocontrol. Eso le beneficiará durante los paseos y también en otras situaciones de la vida cotidiana.
  • Algunos ejercicios sencillos orientados a este fin son:
  • Pídele que se siente, o se tumbe, y prémiale después. Aumenta muy progresivamente el tiempo de espera entre la señal de “sienta” o “tumba” y la entrega del premio. Y asegúrate de dárselo solamente si se muestra tranquilo.
  • Cuando llames a tu perro a pasear, mantén un tono de voz tranquilo que incite a la calma y no abras la puerta de la calle hasta que no esté relajado. Repite este ejercicio tantas veces como sea necesario para que entienda que los saltos, ladridos, etc. no son recompensados.
  • Ármate de paciencia porque esto puede llevarte varios intentos.
  • Utiliza la misma lógica del ejercicio anterior en cualquier situación diaria en la que tu perro se muestre excesivamente excitado o insistente para conseguir algo que quiere.
paseando en la playa