Aunque el tipo de cepa que padecen los perros es diferente a la que suelen presentar los humanos, se considera una enfermedad zoonótica. Es decir, que puede transmitirse a personas, aunque es muy raro que ocurra. Solo ha pasado, indica el experto, cuando los pacientes tenían graves deficiencias inmunológicas. Sin embargo, sí es muy contagiosa entre canes. Se puede contraer por vía aérea, estando en contacto con otros perros, por sus excreciones o juguetes contaminados.
El virus infecta las células epiteliales del tracto respiratorio y, en general los síntomas sueles ser leves como tos seca, ronca y estornudos. En casos más graves o en animales inmunodeprimidos se pueden exacerbar y derivar en tos húmeda con mucosidad o secreción nasal, fiebre, letargo, falta de apetito o incluso neumonía.